“¿Quién te crees que sos?” Se me vino a la cabeza cuando le decía al Universo/Dios lo que quería lograr.
Por primera vez, después de toda una vida agachando la cabeza y pensando que esa voz tenía razón, me animé a contestarle.
¿Quién me creo que soy? Me creo que soy maravillosa, poderosa, grandiosa, más grande que esa voz de mi cabeza. Me creo que puedo transformar al mundo con mis palabras, con mi energía, con mis proyectos, con mis acciones. Me creo que soy Natalia, un alma que eligió este hermoso cuerpo para tener una experiencia de vida en este mundo. Me creo que hay todo un caudal de energía que es rehén de esa voz de mi cabeza y que si lo libero no sé qué es lo que sucedería pero si sé que serían cosas maravillosas. Me creo que hay más espacio del que pienso para que yo pueda ocupar. Me creo que merezco cosas hermosas, porque así me lo demuestra la naturaleza permitiéndome ver miles de estrellas en el cielo, luciérnagas cuando pensé que estas estaban extintas y un mar con infinitos matices de turquesa que hace que mis ojos derramen lágrimas en su presencia. Creo que, después de que decenas de personas se hayan tenido que conocer y reproducir para que yo llegue a este mundo, no puede ser casualidad; así que me creo lo suficientemente importante como para no pensar que toda mi existencia es una simpática casualidad, sino una maravillosa obviedad del destino que siempre me quiso acá para que viva mi vida y cumpla con mi importante papel para continuar la trama de esta historia llamada: Vida.
La voz de mi cabeza se quedó callada por unos instantes.
“Hmm, si, pero igualmente…” y antes de que pueda terminar la frase la interrumpí más fuerte. Me creo que lo que menos me gusta en esta vida es sufrir. De forma consciente o inconsciente intento evitar el sufrimiento lo más que pueda.
“A mí también me da pavor sufrir” dijo la voz. Lo sé, y es por eso que entiendo tus cuestionamientos y tus miedos. Pero vos y yo tenemos que entender que lo que más nos hace sufrir es el miedo que sentimos.
“Pero si yo no siento miedo imagínate lo que nos puede llegar a pasar. Nos podemos lastimar, o peor aún, nos puede lastimar alguien más” O también podríamos disfrutar, le contesté.
“¿Disfrutar? ¿Estás loca? Con las cosas horribles que suceden en el mundo”. Si, es verdad, hay cosas horribles que suceden, tragedias, injusticias, accidentes, ¿pero realmente crees que porque vos tengas miedo todas esas cosas no van a suceder? ¿Crees que vas a frenar la crisis económica con tu miedo? ¿Que las personas no se van a enfermar porque vos tenes miedo? ¿Que tu cuestionamiento de si soy o no suficiente, va a lograr que la frustración por no estar animándome a lo que deseo, se vaya de adentro mío? ¿No crees que al contrario, esa frustración se va a agrandar, que la gente se va a seguir enfermando o muriendo y se van a lamentar solo del tiempo no disfrutado? ¿No crees que tu preocupación por la economía solo hace que te quedes inmóvil y cada vez logrando tener menos porque no podes ser creativa para crear más para vos?
Me gustaría preguntarte querida voz de mi cabeza, ¿realmente pensaste que estabas ayudando al mundo al sentir que merecías menos, al hacerte chiquita e invisible? ¿Creíste que porque vos no disfrutes tu vida estás honrando y alivianando a las personas que no pueden disfrutar la suya? ¿Se te pasó por la cabeza que al bloquearte y recibir menos dinero estás ayudando a alguien? ¿Que una persona en situación de calle va a mejorar su vida porque vos sentís culpa por disfrutar de todo lo que tenes? ¿Nunca se te ocurrió pensar qué tal vez si vos creas más para vos podes darle más a los demás? ¿No pensaste que quizás si salís al mundo, te dejas ver completamente sin guardarte nada, y compartís todo tu ser, tus dones y tu sabiduría con el universo, los demás pueden beneficiarse y todo lo que traes dentro sería un regalo no solo para vos sino también para ellxs?
Miedo que llevo dentro te pregunto, a vos que tanto te gusta pensar que el mundo tiene que ser diferente, que las cosas podrían ser muchísimo mejores de lo que son ¿Creíste que con solo pensarlo y charlar con alguien de cómo podría mejorar todo, era suficiente? Quizás lo que se necesita para cambiar el mundo no es pensar tanto, sino tener la valentía de salir y vivir la vida que uno sabe que merece, sin escuchar a esa voz en la cabeza que te pregunta “¿quién te crees que sos?”.
Me creo simplemente que soy esa persona que disfruta su vida y que eso tiene un impacto positivo en el mundo.
Querida voz que estás en mi cabeza, y querida voz que estás en la cabeza de quién esté leyendo esto: Deja de jugar a ser Dios, deja de querer controlarlo todo. No es tu trabajo decir que algo es demasiado.
¿Acaso le decís a alguien que pare porque está disfrutando demasiado? ¿Acaso le decís a tu amiga que pare de emprender porque está teniendo demasiado éxito? ¿Acaso le decís a alguien que pare porque está donando demasiado a una causa benéfica? ¿Acaso le decís al dueñx de un restaurante que pare porque tiene demasiados clientes?
No, no lo haces. ¿Entonces por qué te dirías a vos mismx que sos demasiado, que mejor eso no porque es mucho, que te tenes que creer que sos menos y que mereces menos de lo que deseas?
Si, sos un montón. Sos un montón de energía, de expresión, de vitalidad, de vida, de experiencias, de amor, de magia, de deseos, de sensibilidad, de emoción.
Y necesitamos de todo tu Ser para hacer de este mundo un mejor lugar.
PD: Y no, no estás protegiendo a nadie al reprimirte, solo estás lastimándote a vos mismx. Por favor, no te reprimas para proteger a tus miedos y a los miedos de los demás.
Para seguir charlando sobre esta temática grabé un episodio muy cortito para tener como recordatorio cada vez que buscamos achicarnos para seguir siendo fieles a nuestros miedos.
Este espacio se llama El fuego que llevo dentro, pero ¿alguna vez te pusiste a pensar que nuestro fuego interno es lo que más nos aterra?
Nos da miedo mostrarle a la humanidad nuestra verdadera luz y es por eso que elegimos reprimirnos para no encandilar al mundo. “¿Y mirá si mi luz es demasiado?” Nos decimos. En este episodio te invito a que dejes de reprimirte para proteger a tus propios miedos. Ya es momento de liberarte y liberar al resto.
Al final de cada episodio siempre les regalo una frase extra que está relacionada con lo que hablé en ese capítulo. Esta vez no es solo una frase, sino que les dejé un poema hermoso de Marianne Williamson. Después de 27 años en la cárcel, Nelson Mandela fue elegido democráticamente Presidente de Sudáfrica en 1994. En su discurso de investidura leyó este poema. Habla de lo que a uno le hace brillar, de no tener miedo de mostrarlo; de la falsa modestia, de la sencillez.
Deseo que esta entrega te recuerde ese fuego que llevas dentro y que te anime a compartirlo con el mundo. Necesitamos tu luz, no la escondas.
Si te resonó te invito a que me compartas tu mirada y tus palabras, así seguimos tejiendo red. Respondeme este correo o escribime por Instagram
Antes de irme…
Antes de irme quiero contarte que Vero Le Mat lanzó oficialmente su curso Navegando el Diseño Humano: Travesía 1.
No solo vas a aprender sobre Diseño Humano sino que también comenzarás a explorar cómo aplicar este conocimiento en tu vidas de manera práctica y transformadora, así cómo también aprenderás a utilizar esta herramienta para mejorar tu entorno al conocer la energía de las personas que te rodean.
Y sí, Vero es mi mamá y amo todo lo que hace y quiero que le vaya bien. Pero de corazón y con toda la honestidad del mundo puedo decirte que no solo sabe mucho, sino que ama lo que hace y siempre les aporta muchísimo valor a sus consultantes.
Diseño Humano transformó como vivo y cómo me relaciono y puede hacer lo mismo con vos. Si tenes alguna duda escribinos.
Te dejo los datos de la Pre-venta: Vas a encontrar un precio promocional hasta el 26/4/24 donde tendrás un 15% de descuento y además los pagos pueden ser hasta en 3 cuotas! Pero no solo eso, sino que al comprar el curso ahora vas a llevarte de regalo una sesión 1:1 de 30 minutos con Vero, donde vas a poder ver más tu carta y vas a sacarte las dudas que tengas de tu BodyGraph.